jueves, 3 de septiembre de 2009

La religión como costumbre social.

La Cristiandad latina del 1000 al 1500 pasa por una crisis de identidad, quizás la más aguda de su historia, ordalía de la que saldrá purificada, alcanzando, en la Reforma, una mayor profundización religiosa, mayor sinceridad y autenticidad, como no experimentaba, en Occidente, desde los tiempos apostólicos.
En estos seiscientos años se dan los acontemientos estelares de la religión cristiana, los más fulgurantes desde los tiempos de Jesús. Una pléyade de grandes santos: Gregorio, Bruno, Anselmo, Bernardo, Francisco de Asís, Domingo de Guzmán, Tomás Becket, Tomás de Aquino; de reformadores: Pedro Valdés, Joaquín de Fiore, Marsilio de Padua, Wicleff, Hus, Savonarola, Erasmo, Lutero; florece la sabiduría mundana y el arte, ambos profundamente religiosos: Pedro Abelardo, Buenaventura, Alberto Magno, Duns Escoto, Guillermo de Ocam, Nicolás de Cusa; Dante, Miguel Angel, Leonardo, Petrarca. La Iglesia de Roma logra una profunda reforma interna: elección del pontífice por los cardenales y no por los nobles romanos, evangelización del pueblo gracias a las órdenes franciscana y dominicana, movilización general religioso-militar (las Cruzadas) que concientiza a la población como cristiana y europea, establecimiento de órdenes militares y hospitalarias, constitución de la Inquisición, preeminencia eclesiástica sobre el poder temporal, protagonismo conciliar, florecimiento de la "nueva piedad" cristiana tipificada por "La Imitación de Cristo" de Tomás de Kempis; evangelización del Nuevo Mundo.
Este época es también escenario de rudos golpes a la Cristiandad: establecimiento del estado otomano, conquista por los tártaros de las comunidades cristianas rusas (la Rusia kievita), ocupación árabe de Sicilia; papas y antipapas como cosa cotidiana; el destierro de Pedro a Aviñón; conquista y pérdida de Jerusalén (las Cruzadas); conversión de los mongoles al Islam y destrucción de la iglesia nestoriana; la peste negra. Los puntos a favor serían la Reconquista de España y la evangelización del Nuevo Mundo.

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